Al
ministro de Asuntos Exteriores, Fernando María
Castiella le decían el Ministro del Asunto Exterior. En su cartera
ministerial no existía otra cosa que no fuese Gibraltar. Mucho han cambiado las
cosas, pero el ‹‹asunto›› Gibraltar sigue en su sitio,
inamovible.
Las
opiniones de un ministro de Exteriores siempre han tenido un gran valor y se han
tomado como palabra de Estado siendo examinadas con lupa en todas las
cancillerías del mundo. No se pueden permitir ciertas alegrías verbales y jamás
echar leña al fuego en momentos de tensión. No se distingue si la leña la echa
él o quien le manda.
El
actual ministro de lo exterior se llama Alfonso Dastis y
administra mal sus palabras. Ahora quiere rectificar y alegar malas
interpretaciones. A un ministro de Exteriores no se le interpreta sino que se le
oye y lee. Dice lo que dice o se calla, que en ocasiones es de mayor prudencia.
Ha tenido la ocasión y el deber de hacer las dos cosas. Hablar alto y claro.
Salir en defensa de la postura de España con Gibraltar ante las
declaraciones de los mandamases británicos. Con rigor y firmeza. Callarse ante
la posición del nuevo referéndum de Escocia y no ir de alumno
aventajado de las rupturas y nacionalismos fuera de lugar. ‹‹España no vetaría
de entrada la integración de Escocia en la UE››. ¿Lo dice usted o se lo han
dicho para que lo diga?
Calladito
debería estar cuando dice lo que dice no decir y se mete donde no sabe o no
entiende. Imprudencia es lo último que se espera de un ministro de Asuntos
Exteriores.
Imprudente ministro de Exteriores señor Dastis
Imprudente
ha sido también con la independencia en ciernes de Cataluña. Nos sorprendió, o
no, cuando Alfonso Dastis, ministro de Exteriores, dijo que es legítimo y que
forma parte de la libertad de expresión que el presidente de la Generalidad
defienda en una conferencia en el Parlamento Europeo el proceso soberanista y la
celebración de un referéndum sobre la independencia catalana. Ahora, erre que
erre, dice que en ‹‹España no puede haber referéndum, pero claro… si se
modificara la Constitución››. Todos encantados, ingleses, escoceses y catalanes.
Es un genio de lo exterior e interior. Un
irresponsable ministro
La alegría de Puigdemont
Tan
contento está Puigdemont que se ha atrevido a lanzar ya las
preguntas de ese referéndum que le ha dado a oler el señor ministro:
-¿Quiere
que Cataluña sea un Estado independiente?
-¿Quiere
que Cataluña sea una república independiente?
-¿Quiere
que Cataluña siga formando parte de España?
Conteste
señor ministro de Asuntos Exteriores.
Tres
eran tres, las hijas de Elena; tres eran tres y ninguna era buena.
General
de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
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