jueves, 1 de noviembre de 2018

REIR ES SALUDABLE

mundo y le estaba poniendo el nombre a los animales:
-Tú te llamarás gallina
-Tú te llamarás caballo
-Tú te llamarás burro-
Y siguió poniéndoles sus nombres y después el burro pregunta:
-¿Cómo me llamaba yo?
Y dios contesta:
-Burro
Después de 3 minutos más, el burro pregunta:
-¿Cómo me llamaba yo?
-Burro
Y así cinco veces más le vuelve a preguntar:
-¿Cómo me llamaba yo?
Él le responde:
-Burro idiota
Y el burro dice:
-Yo ya me estaba aprendiendo el nombre y usted ahora me dice el apellido!

Erase una vez un pueblo aislado muy lejos de aqui. Un dia se anunció que iba a pasar por el pueblo un circo cuya atracción estelar era “el pan que habla”. Todo el mundo estaba como loco por verlo. Faltan dos semanas! Como puede ser, el pan que habla! A dos dias de llegar, el pueblo ya estaba esquizofrénico. Que viene el pan que habla! Increible!.
Cuando llegó, el circo agotó todas sus entradas a pesar de costar 300 euros cada una. Pero a los pueblerinos no les importaba el precio, era la oportunidad única para ver al pan que habla.
-Hola, el espectáculo va a comenzar. Con ustedes, Señoras y Señores, el pan que habla!!!
El presentador saca un voluntario al escenario, pero se desmaya. Entonces saca a otro, que está temblando de susto y emoción. Traen una bandeja con un pan y una jarra de agua.
- Eche el agua encima del pan
- y.... conseguido!!
- ¿Como está el pan?
- Está... bland-do, esta-ablando, esta hablando!.


Llega el Presidente a la casa de la bruja adivina Josefina y le dice:
- Josefina, esta semana soñé varias veces con un palacio y con mucha sal. Por favor, ¿me puede decir qué significa?
Josefina mira su bola de cristal, lo mira al Presidente, luego mira nuevamente su bola da cristal y finalmente dice:
- Significa que el pueblo está hablando, Señor Presidente.
El Presidente se queda pensando y consulta:
- ¿En qué sentido?
La bruja mira atentamente su bola de cristal y dice:
- Claro Señor, el pueblo está diciendo: "Sal del palacio Presidente".

Llega un campesino a un bar con una radio bajo el brazo ofreciéndola en venta. En una mesa cercana hay varios hombres que al verlo tan humilde se proponen quitarle la radio sin pagarle un centavo. Uno de los hombres le comenta a los otros:
- Os aseguro que con unas cervezas encima, ese campesino terminará rebajando el coste de la radio hasta casi nada.
Por lo que lo invitan a sentarse con ellos. Entonces, preguntan al campesino:
- ¿En cuánto nos vendes tu radio?
- 30 euros, responde de manera ingenua.
- Ok, vamos a tomarnos unas cervezas y luego hablamos.
Al cabo de un rato ya se han tomado varias cervezas cada uno y le vuelve a preguntar:
- Y entonces, ¿En cuánto la vendes?
- Bueno, dame 10 euros - responde el campesino.
- Me parece mejor. ¡Vamos, te invito a otras cervezas!
Luego de un buen rato le pregunta nuevamente al campesino,
- Y ahora, ¿En cuánto me la vendes?
- Dame 5 euros para poder irme a mi casa.
El hombre, viendo la posibilidad de quedarse con la radio, decide continuar con la ronda de cervezas y luego de otro buen rato insiste:
- Y ahora campesino, ¿En cuánto me lo vendes?
A lo que el campesino responde:
- Te voy a decir la verdad, yo quería vender la radio para beber cerveza pero, como ya estoy borracho he decidido no venderla e irme ya a mi casa.

Un hombre entra en un banco y le dice a la cajera:
- Quiero abrir una puta cuenta.
- Por favor, señor, está prohibido hablar de esa manera aquí.
- ¿Por qué mierda prohíben eso?
- Señor, le suplico deje de decir palabrotas.
- Me importa un pito lo que piense usted, yo sólo quiero abrir una miserable cuenta en este puto banco.
Entonces la cajera se va y regresa con el director del banco.
El director sale, enfadado e increpa al hombre:
- Disculpe, caballero ¿le puedo ayudar en algo?
- ¡Hostias! Claro que sí. Acabo de ganar 35 millones de euros en la lotería y quiero abrir una puta cuenta en este banco de mierda.
- Ya veo - dice el director-, y esta estúpida perra cabrona le está molestando ¿verdad?

En cierta ocasión una familia inglesa pasaba sus vacaciones en Escocia, y en uno de sus muchos paseos observaron una pequeña casita de campo que de inmediato les pareció adecuada para su próxima temporada. Indagaron quién era el dueño de ella, y resultó ser un pastor de la Iglesia Anglicana, al que se dirigieron para pedirle que les mostrara la finca. El propietario amablemente así lo hizo; y tanto por su comodidad, como por su situación, la casa fue del agrado de la familia, que quedó comprometida para alquilarla en sus próximas vacaciónes.

Ya de regreso en Inglaterra, repasaron debidamente los detalles de cada habitación, y recordó la esposa que no había visto el W.C. Dado lo prácticos que son los ingleses, decidieron escribir al propietario preguntándole por la ubicación de tan indispensable servicio, lo que hizo en los siguientes términos:

-Estimado Pastor: soy miembro de la familia que hace unos días visitó su quinta con deseos de arrendarla para nuestras próximas vacaciones y omitimos enterarnos de un detalle. Quiero suplicarle nos indique dónde queda el W.C.

Finalizó la carta como es de rigor, y la despachó al Reverendo quien, al recibirla, desconoció la abreviatura W.C. y creyó que se trataba de la capilla de la religión anglicana llamada WALL CHAPEL y contestó:
-Estimada Sra.: tengo el agrado de informarle que el lugar al que Ud. se refiere se encuentra a 12 Km. de casa, lo que es algo molesto, sobretodo si se tiene la costumbre de ir con frecuencia. Algunas personas llevan comida y permanecen allí todo el día. Algunos vienen a pie y otros en tranvía, por lo que siempre llegan en el instante preciso. Hay lugar para 400 personas cómodamente sentadas y 100 de pie. Los asientos están forrados en terciopelo rojo, y hay aire acondicionado para evitar los efectos de las aglomeraciones. Se recomienda llegar temprano para conseguir lugar. Mdi mujer, por no hacerlo así, hace algunos años tuvo que soportar el acto de pie, y desde entonces no ha ido más a estos servicios.
Los niños se sientan juntos y cantan todos a coro. A la entrada se le da un papel. Las personas que no alcanzan a la repartición del papel, pueden utilizar el papel del compañero de asiento; pero al salir debe devolverlo para seguir utilizándolo el resto de la temporada. Todo lo que dejan depositado los que allí acuden, se destina para dar de comer a los pobres huérfanos del lugar. Además hay fotógrafos especiales que toman fotografías a la gente en distintos poses, y luego estas son publicadas en los diarios de esta ciudad, en la sección "sociales", sirviendo a la propaganda de este saludable y santo sitio

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