miércoles, 23 de mayo de 2018

REIR ES SALUDABLE



Llega un hombre a su casa, de madrugada y cayéndose de borracho y le dice con voz ronca a su mujer:
- Amorrr mioo... ¡¡Voy a amarte!!
- ¡Si quieres vete a Júpiter, pero a mí déjame dormir!
-Vengo a decirte que tu mujer está ahora acostada con tu mejor amigo.
-Bah, ya los he visto, pero ni era mi amigo ni nada, sólo un conocido.
Robenito Grasso era un tipo muy simpático. Una tarde entró sonriendo en la peluquería y le dijo al encargado.
- Quiero que me haga un corte de pelo de la siguiente forma: del lado derecho, me deja el pelo a ¡a mitad de la oreja. Del lado izquierdo, me recorta bastante para que se me vea la oreja completa. En la nuca, me hace varias entradas. En la parte de arriba, me corta mucho pelo para que se me note bien el cuero cabelludo. Y en la parte de la frente, me deja un mechón de cabello que me llegue hasta la nariz; Lo suficientemente largo como para que me pueda hacer unas bonitas trenzas.
- Ése es un corte de pela muy raro. ¡Es imposible! No se lo puedo hacer.
-¿Cómo que no? ¡Si eso es lo que me hizo la última vez que vine aquí!
- ¿Por qué no quiere tenderse? Para el psicoanálisis es fundamental que esté cómoda y tranquila.
La joven accedió y sus hermosas piernas quedaron a la vista del analista.
- ¿ Cómo comenzaran sus problemas?
- Exactamente como ahora.
Entra un hombre a la panadería y dice:
- Buenos días, ¿me puede dar usted un “funcionario”?
- ¿Disculpe…?
- Huy perdone, quería decir una “baguette”.
- ¿Y vosotros los Jedis, la espada láser dónde la compráis?
- Aparque en el arcén, ya no hace falta ni que sople...
- Mi mujer me ha dado un ultimátum. Dice que o le presto atención cuando habla, o no sé qué más.
- Papá papá, ¿qué significa IRONÍA?
- Ironía es que tú seas pelirrojo como el vecino, y que sea yo el que tiene que responder tus preguntas estúpidas.
- Doctor, vengo a verlo porque tengo un problema muy grave: no puedo llegar al tercero.
-¿Cuántos años tiene usted?
- Ochenta y siete.
- ¡Ochenta y siete años! ¿y quiere llegar al tercero?
- ¡Es que yo vivo en el tercero, doctor!
Pepito llora desconsoladamente en el autobús. Un
pasajero se enternece:
- ¿Por qué lloras pequeño?
- ¡Es que se me ha perdido mi pelotita!
- No te preocupes. Yo te la busco...
Al cabo de un rato todos los pasajeros del autobús se solidarizan y empiezan a buscar la pelota sin resultados. Después de 3 horas:
- Lo siento pequeño, hemos buscado por todos Iados y no Ia hemos encontrado.
- Bueno, da igual.
Pepito se mete el dedo en la nariz mientras dice:
- Ya me hago otra...
El célebre violinista polaco Juan Petnicoft, de paseo por la selva de África, se pierde.
De pronto, ¡ve un león! El violinista recuerda el dicho: “La música calma a las fieras”.
Desenfunda su violin y desgrana una bellísima melodía.
Comienzan a acercarse otros leones. Lentamente, se han acercado docenas de leones. Se ha formado una verdadera platea de leones sentados alrededor del violinista.
- ¡Dios mío, jamás pensé que este violín iba a salvarme la vida!
En ese momento, un león enorme aparece de entre
los arbustos. De un empujón, aparta a los leones que estaban sentados, se arroja violentamente sobre el violinista y se lo come.
Uno de los leones, todavía conmovido, comenta:
-¡Mierda! ¡Ya sabía yo que el sordo nos iba a arruinar el concierto!
- María, ¿si me pegara un tiro lo sentirías?
- Claro Paco, no soy sorda
- ¿Mamá, me compras una muñeca de trapo?
- Así me gusta hija, que seas humilde.
- ¿Humilde? jajaja o sea ¡¡HELLO!! Mi barbie necesita una sirvienta.
Paco , un andaluz de viaje en Japón, se compra un par de gafas de tecnología punta que permiten ver a la gente sin ropa.
Se las pone y ve pasar a una y a otra.
Todas sin ropa. estaba encantado.
Se las pone, sin ropa.
Se las quita, vestidas.
Se las pone, sin ropa.
Se las quita, vestidas.
¡Por Dios, que maravilla!
Incluso adelanta el viaje de vuelta a casa para enseñarle a su mujer la novedad.
En el avión, se siente enloquecido viendo a las azafatas en pelota picada.
Se las pone, sin ropa.
Se las quita, vestidas.
Se las pone, sin ropa.
Se las quita, vestidas.
Cuando llega a casa, y antes de abrir la puerta, se coloca las supergafas, para ver sin ropa a su mujer Luisa .
Abre la puerta y allí está ella, su querida esposa, con Pedro, su mejor amigo.
En el sofá. ¡sin ropa!
Se quita las gafas, sin ropa.
Se pone las gafas, sin ropa.
Se las quita... sin ropa.
Se las vuelve a poner... sin ropa.
Y no puede evitar un grito desgarrador:
- ¡Me cagoendiez! ¡¡¡Nuevas y ya no funcionan! ¡¡Chinas tenían que ser!!!!


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