Casi todos los que me conocen saben que el día 9 de noviembre me operaban de una hernia hinginal. El caso es que el día 10 ya estaba en casa, lo que equivale a menos de 24 horas.
Antes de la intervención y despues de pasar por las preguntas de rutina, como enfermedades, intervenciones, medicamentos que tomo actualmente etc, me bajaron al quirófano para inyectarme la epidural para anestesiarme de cintura para abajo.
Ahora viene lo anecdótico, pues ya en el quirófano me pusieron de lado en la camilla, sujetándome un enfermero y por detrás el médico anestesista. Pues bien, hasta aquí nada anormal. El anestesista me palpo en los huesos de la espalda y me pinchó pero acto seguido soltó en catalán la palabra c-ll-ns, lo que quiere decir que no había acertado. Empezó de nuevo de nuevo a palpalme y volvió a pinchar haciéndome el mismo daño que la primera vez y de pronto volvió a gritar la misma palabra c-ll-ns, y lo mismo otra tercera vez, con lo cual yo ya estaba negro y como un colador de tantos pinchazos, asi que le dije lo siguiente "menos c-ll-ns y tenga buena puntería esta cuarta vez"
Luego el cirujano me preguntó si me habian hecho daño, y le dije que sí, pero a reglón seguido dijo el anestesista que sí habian hecho daño a este señor. Al reconocerlo me quedé más tranquilo.