jueves, 28 de enero de 2021

REIR ES SALUDABLE 86 BIS

 

Una señora va a sacar el pasaporte. El funcionario de turno le pregunta:
-¿Cuantos hijos tiene, señora?
-Diez.
-¿Cómo se llaman?
-Bernardo, Bernardo, Bernardo, Bernardo, Bernardo, Bernardo, Bernardo, Bernardo, Bernardo, y Bernardo.
- ¿Todos se llaman Bernardo?
- ¿Y cómo le hace para llamarlos cuando, por ejemplo, están jugando todos afuera?
-Muy simple, grito Bernardo y todos entran.
-¿Y si quiere que vayan a comer?
-Igual. Grito Bernardo y todos se sientan a comer.
-Pero si usted quiere hablar con uno en particular, ¿cómo le hace?
-¡Ah! En ese caso, lo llamo por su apellido.

Llega un hombre a su casa, y de un grito le dice a su mujer:
- ¡Flora! Prepárate para hacer el amor cinco veces!
- ¡¡¡Guau!!! ¡Mi amor, que vienes excitado!
- No. Vengo con cuatro amigos.

En una aldea, un cuervo entra volando en la casa de un muchacho que vive solo, se posa en su hombro y le dice:
-Si me das 10 granos de maíz, ahora y 10 después, cabrón,te consigo una mujer para hacer el amor. Yo sé cuando tienen ganas,
El joven le da los 10 granos de maíz, el cuervo se los come, y le dice el joven.
-Venga, vete a buscar esa mujer.
El cuervo se va volando, se posa en la reja del huerto del joven, pasa una veinteañera por su lado y le dice:
-¿Un polvo, Carmiña?
-¡A tu madre le vas a echar un polvo!
-No te pongas así, bonita, yo sólo digo lo que me dijo el Venancio que te dijera... Por cierto, dijo que te echaría cinco polvetes, yo creo que exagera.
La muchacha, enojada, llama a la puerta de la casa del Venancio, que abre la puerta, a torso descubierto, enseñando su musculatura de herrero.
-¿Qué quieres, Carmiña?
-¿Le mandaste al cuervo decir las tonterías que dijo?
Piénsate bien lo que respondes, ya sabes que mi marido es capador.

-¡¿Yo?! Es él, dice que nota cuando una mujer tiene ganas.
-¿Tengo cara de pasar hambre?
-¡Yo qué sé! Una cosa es cierta, aún siendo la mujer del capador, si tuvieras ganas, te echaba media docena.
Carmiña, viendo que el joven está como un queso, y que lleva meses a pan y agua, se mete en la casa del Venancio y sale dos horas más tarde. Entra el cuervo y le dice al joven:
-Mis 10 granos de maíz, cabrón.
Venancio le da el maíz:
¿Quién te enseñó a decir, cabrón?
-A ti que te importa, cabrón.
Al día siguiente le dice Venancio al cuervo:
-Hoy quiero que me traigas a alguien que sea especial.
-Como tú digas, cabrón.
Poco después llaman a la puerta, Venancio abre a torso descubierto, y en la puerta está una vieja, fea como un demonio, tuerta, coja y jorobada, que le dice:
-Tira para dentro si no quieres que el capador sepa que te tiraste a su mujer-
Tres horas más tarde sale la vieja con una sonrisa de oreja a oreja, el cuervo se posa en su hombro y le dice:
-¿Me tienes el maíz preparado?
-Tengo, cabrón.

Un viejo le dice a otro:
-Cuando yo era joven, en Madrid había una de esas que cobra por hora a la que apodaban Cibeles.
-¿Por qué la apodaban así?
-Porque era bonita como una diosa,fría como una piedra y se tiraba a los leones-
.-Fría sería, pero a ti seguro que te calentó.
-Calentó, calentó. ¡Vaya si me calentó!
-¿Cuándo fue eso?
-Cuando le dije que no tenía dinero para pagarle el polvete que le echara.

Una jovencita, de las que reservan,le dice a su novio:
-¡Eres mi vida! ¡Eres mi sostén!
-Ya quisiera yo, ya.
-¿Lo qué?
-Ser tu sostén.

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