jueves, 13 de junio de 2019

REIR ES SALUDABLE 32 T



- ¿Hermana porque sonríe si la cuesta hasta el convento es de 70%?
- Pero el camino esta lleno de baches
- Ponga el sillín a la bici ahora mismo.

- Dígame cuál es su dirección para mandarle los documentos.
- Calle Bosque, 31.
- ¿Apartado de Correos?
- La verdad es que sí, queda un poco lejos.
Una señora entra en una armería.
- Hola, buenas. Quería una escopeta para mi marido.
- Le ha dicho de que calibre?
- ¿Qué dice? Si ni siquiera sabe que le voy a disparar!
- Buenas, vengo a graduarme la vista.
- Pues hará usted bien porque esto es una ferretería.

Un día la mama de Jaimito le dijo:
- Jaimito me voy a comprar.
La mama de Jaimito le dejó varias tareas.
Le dijo:
- Jaimito, friega el suelo con lejía, hazme las tostadas con mantequilla, el pollo al horno, y el bebe a dormir.
Cuando la mama de Jaimito vuelve de comprar le dice:
- Pero Jaimito que has hecho!
Lo que tu me dijiste mamá:
- El suelo con mantequilla, las tostadas con lejía, el bebe al horno y el pollo a dormir.
- Pero Jaimito qué has hecho!
- SHHHH,mama que el pollo esta durmiendo!
No sé por qué cada vez que tengo sexo con mis novias gritan el mismo nombre de otra persona. ¿Alguien sabe quién es "Socorro Meviolan"?
La señora, medio dormida en su cama, escucha cuando llega su marido del trabajo y siente como él la acaricia suavemente, casi de manera furtiva, como recorriendo suavemente la periferia de su cuerpo. Ella siente cómo su cuerpo reacciona inmediatamente a las caricias. El marido toma sus manos y las recoge, mete una de sus manos por su espalda y llega atrevidamente hasta sus redondeces.

En este momento, la señora está que arde, jadeante y deseosa. Entonces, sus piernas son abruptamente levantadas. La mujer siente que la pasión perdida por años ha regresado y le encanta sentir cómo su hombre apoya sobre ella todo su peso. La enerva sentir en su nuca el aliento calido de su marido. Ella se prepara, levanta las caderas; separa y flexiona sus piernas y se dispone a ser tomada, cuando de pronto su marido suelta sus piernas, gira sobre sí mismo y se acomoda en su lado de la cama.

La mujer, asombrada y respirando hondamente pregunta: -¿Qué pasó?
Él responde: - Ya.
- ¿Ya qué, grandísimo cabrón?
- Ya duérmete, mi cielo. Ya encontré el mando de la tv.


No hay comentarios:

Publicar un comentario