Qué le da de comer a sus cerdos
Un hombre baja de su coche y se acerca al criador de cerdos:
- ¿Qué le da de comer a sus cerdos?
- Pues yo le doy las sobras de la comida, basurillas y otras inmundicias que encuentro por ahí.
- ¡Oiga, que se ha creído, debe pagar una multa de 1 millón de euros por tratar mal a los animales!
El criador se queda todo fastidiado y, al pasar un tiempo, llega otra persona que le pregunta lo mismo, y esta vez dice:
- Yo les doy salmón ahumado, entrecot a la pimienta y un postre de helado y pasas.
- ¡Oiga! ¡Soy de la Intermon Oxfam, no sabe que hay hambre en el mundo
¿o qué?, debe pagar una multa de 1 millón por derrochar comida!
El criador ya no sabe que hacer, pasa el tiempo, llega otro tipo y le pregunta otra vez qué comida le da a los cerdos, y dice:
- ¡Mire, yo les doy 50 € a cada uno y que se compren lo que quieran!
Abuelita, abuelita
Una vez Caperucita Roja fue a visitar a su abuelita sin saber que a su
abuelita se la había comido el lobo, entra a la casa y dice:
- Abuelita, que ojos tan grandes tu tienes.
Y la abuelita dice:
- Es para verte mejor.
Nuevamente, Caperucita mira a su abuelita y dice:
- Abuelita, que orejas tan grandes tu tienes.
Y la abuelita dice:
- Es para escucharte mejor.
Caperucita vuelve a insistir:
- Abuelita, que nariz tan grande tu tienes.
Y la abuelita le dice:
- Es para olerte mejor.
- Abuelita que boca tan grande tu tienes.
Y la abuelita contesta ya cansada de sus preguntas:
- ¿A que has venido, a visitarme o a criticarme?
Un hombre rico pasea por el parque con sus dos perros dóberman que le
han costado una millonada y que están superentrenados para pelear con
otros perros. De pronto ve a un vagabundo despeinado con un perro
pulgoso y maloliente, para reirse de él le reta:
- Te hecho una pelea un solo perro mío con el tuyo.
El vagabundo le responde:
- No, mejor tus dos perros contra el mío.
El hombre rico acepta y comienza un gran combate.
Cuando termina todo con los dos dóberman muertos, el rico rompe a llorar junto a los cadáveres diciendo:
- Mis perros, me costaron 100.000 euros cada uno.
El vagabundo responde:
- ¿ ¡Y tú qué crees que a mi me regalaron la cirugía plástica de mi cocodrilo...?
Que no te den perro por cabra
Un hombre pretendía embarcar con su cabra rumbo a Mallorca cuando le ve el controlador de aduanas y dice:
- La cabra no pasa.
El señor se marcha y en el camino encuentra un amigo que le aconseja
que pinte la cabra de negro y le ponga un bozal para hacer creer que es
un perro. El hombre lo hace y vuelve al barco. Al entrar, el de la
aduana le dice:
- ¡ Le he dicho que la cabra no pasa!
- Pero, si no es una cabra, es un perro.
Y el controlador le contesta:
- Si claro...¿y los cuernos?
- ¡En la vida privada de mi perro no se meta agente!
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