jueves, 26 de marzo de 2020


REIR ES SALUDABLE 57 BIS

Esto era un hombre que quería comprar un loro. Entra a una tienda de animales y ve a tres loros; el primer loro cantaba karaoke y pregunta:
- ¿Cuánto cuesta este loro?
- 20.000 euros.
El señor pregunta por el siguiente loro que cantaba óperas.
- ¿Cuánto cuesta este otro loro?
- 30.000 euros.
Luego el comprador pregunta por el último de los loros que estaba mal vestido, despeinado y fumando.
- ¿Y cuánto cuesta éste?
- 100.000 euros
A lo que el señor extrañado pregunta:
- ¿Por qué este es tan caro?
El vendedor responde:
- Señor... porque éste es el que escribe las canciones, le pone la música, y prepara los conciertos.
Una tortuguita comienza penosa y lentamente a subirse a un árbol. Después de varias horas de esfuerzo, cuando llega a la punta, se lanza al vacío y se da
un feroz golpe en el suelo.
Al rato, la misma tortuguita vuelve a hacer el esfuerzo y lentamente, trepando como puede, llega de nuevo casi a la punta, se lanza y se vuelve a dar otro costalazo.
Nuevamente, testaruda, hace otro tremendo esfuerzo y después de mucho rato y muchos jadeos, va llegando a la punta del árbol cuando se resbala, se vuelve
a caer, agita sus patitas y se pega nuevamente un gran golpe en el suelo.
En el mismo árbol en el extremo de una rama, había una pareja de palomas mirándola con lástima, entonces la paloma hembra le dice al palomo macho:
- Oye, querido, ¿No te parece que ya es hora de que le digamos a la tortuguita que ella es adoptada?

Un carnicero estaba trabajando muy ocupado, cuando ve entrar a su local un perro al que echa de la tienda, poco después el perro entra nuevamente y esta vez el carnicero se da cuenta que el perro trae una nota en el hocico que dice:
¿Podría darme una pierna de cordero, por favor?
Lo mira, y ahora tiene un billete de 10 euros en el hocico, así que el carnicero asombrado toma el dinero, mete la pierna de cordero en una bolsa y la coloca en el hocico del perro, el carnicero impresionado decide cerrar la tienda y seguir al perro, éste toma una calle hasta un cruce donde se detiene, deja la bolsa en el piso y se para en sus patas traseras para presionar el botón de cruce, una vez que cambia la luz, toma la bolsa, avanza y llega hasta un paradero de autobuses, ahí se sienta pacientemente y cuando se aproxima un bus se para, mira el número y se vuelve a sentar hasta que llega el autobús adecuado, entonces toma la bolsa y se sube, ya arriba del autobús mira por la ventana distraídamente hasta que llegan a un sector de la ciudad donde toca el timbre y se baja, de ahí llega a una casa, deja la bolsa en el suelo y con la cabeza empieza a golpear la puerta un par de veces y como nadie abre la puerta, da la vuelta a la casa, esta vez golpea una ventana y regresa nuevamente a la puerta a esperar que abran, casi inmediatamente aparece un tipo en la puerta que empieza a gritar al perro, por lo que el carnicero le dice:
¡Pero hombre! ¿Por qué trata así al animal? ¡Es un genio, bien podría salir en la televisión!
A lo que el hombre responde:
¿Genio? ¿Está usted loco? ¡Esta es la segunda vez en esta semana que olvida su llave!

Llega un borracho al médico, el médico le trata de demostrar que tomar licor es malo y se lo demuestra con una lombriz, primero la mete en un vaso con agua y la saca y no pasa nada, luego la mete a un vaso con vino y la lombriz muere en pocos segundos. Luego le dice a su paciente:
- ¿Ya ves lo que le pasa a los que beben mucho?
- Sí doctor - contesta el borracho - Es una suerte ¡Nunca tendremos lombrices!
Un borracho en un Bar. Al entrar le dice al camarero:
- Deme una botella para mí, una para usted, y otra para todos los que estén aquí.
El camarero se las pone, y al terminarlas le pide la cuenta, el borracho contesta:
- Vaya, hoy no traigo dinero.
Por lo que lo saca a golpes. Al día siguiente vuelve a ir y dice:
- Dame una botella para mí, una para usted, y otra para todos los que estén aquí.
El camarero se las da, y al terminar le cobra la cuenta y el borracho contesta:
- Se me olvidó traer el dinero.
Por lo que otra vez lo saca a patadas.
Al tercer día el borracho vuelve a la cantina y pide:
- Dame una botella para mí, y otra para todos los que estén aquí.
El camarero le pregunta:
- ¿Y a mí por qué no?
- Porqué usted cuando bebe se pone violento.

Era un cocinero tan feo pero tan feo, que hacía llorar a las cebollas.
Un borracho estaba en el bar cuando el camarero decide echarlo porque es hora de cerrar. El hombre se levanta de la silla y se cae de cara al suelo, entonces decide arrastrarse hasta la vereda para tomar un poco de aire. En la vereda intenta levantarse de nuevo pero vuelve a caer golpeándose ahora las narices contra el bordillo. Viendo que no podía caminar, siguió arrastrándose hasta llegar a su casa. Entra en casa y otra vez intenta levantarse sin éxito. Así que llega arrastrando hasta el borde de su cama, apoyándose en la mesita de noche consigue incorporarse pero rápidamente cae de boca en la cama y queda felizmente dormido.
A la mañana siguiente le despiertan los gritos de su esposa:
- Otra vez! Otra vez si vergüenza! Has vuelto a beber otra vez!
El esposo pone cara de inocente y dice:
- No no... yo ya no bebo...
A lo que la mujer interrumpe diciendo:
- No lo niegues, cobarde! Si han llamado esta mañana temprano del bar para decirme que otra vez te olvidaste la silla de ruedas!

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