REIR ES SALUDABLE 57 BIS
Esto era un
hombre que quería comprar un loro. Entra a una tienda de animales y ve a tres
loros; el primer loro cantaba karaoke y pregunta:
- ¿Cuánto cuesta este loro?
- 20.000 euros.
El señor pregunta por el siguiente loro que cantaba óperas.
- ¿Cuánto cuesta este otro loro?
- 30.000 euros.
Luego el comprador pregunta por el último de los loros que estaba mal vestido,
despeinado y fumando.
- ¿Y cuánto cuesta éste?
- 100.000 euros
A lo que el señor extrañado pregunta:
- ¿Por qué este es tan caro?
El vendedor responde:
- Señor... porque éste es el que escribe las canciones, le pone la música, y
prepara los conciertos.
Una
tortuguita comienza penosa y lentamente a subirse a un árbol. Después de varias
horas de esfuerzo, cuando llega a la punta, se lanza al vacío y se da
un feroz golpe en el suelo.
Al rato, la misma tortuguita vuelve a hacer el esfuerzo y lentamente, trepando
como puede, llega de nuevo casi a la punta, se lanza y se vuelve a dar otro
costalazo.
Nuevamente, testaruda, hace otro tremendo esfuerzo y después de mucho rato y muchos
jadeos, va llegando a la punta del árbol cuando se resbala, se vuelve
a caer, agita sus patitas y se pega nuevamente un gran golpe en el suelo.
En el mismo árbol en el extremo de una rama, había una pareja de palomas
mirándola con lástima, entonces la paloma hembra le dice al palomo macho:
- Oye, querido, ¿No te parece que ya es hora de que le digamos a la tortuguita
que ella es adoptada?
Un carnicero
estaba trabajando muy ocupado, cuando ve entrar a su local un perro al que echa
de la tienda, poco después el perro entra nuevamente y esta vez el carnicero se
da cuenta que el perro trae una nota en el hocico que dice:
¿Podría darme una pierna de cordero, por favor?
Lo mira, y ahora tiene un billete de 10 euros en el hocico, así que el
carnicero asombrado toma el dinero, mete la pierna de cordero en una bolsa y la
coloca en el hocico del perro, el carnicero impresionado decide cerrar la
tienda y seguir al perro, éste toma una calle hasta un cruce donde se detiene,
deja la bolsa en el piso y se para en sus patas traseras para presionar el
botón de cruce, una vez que cambia la luz, toma la bolsa, avanza y llega hasta
un paradero de autobuses, ahí se sienta pacientemente y cuando se aproxima un
bus se para, mira el número y se vuelve a sentar hasta que llega el autobús
adecuado, entonces toma la bolsa y se sube, ya arriba del autobús mira por la
ventana distraídamente hasta que llegan a un sector de la ciudad donde toca el
timbre y se baja, de ahí llega a una casa, deja la bolsa en el suelo y con la
cabeza empieza a golpear la puerta un par de veces y como nadie abre la puerta,
da la vuelta a la casa, esta vez golpea una ventana y regresa nuevamente a la
puerta a esperar que abran, casi inmediatamente aparece un tipo en la puerta
que empieza a gritar al perro, por lo que el carnicero le dice:
¡Pero hombre! ¿Por qué trata así al animal? ¡Es un genio, bien podría salir en
la televisión!
A lo que el hombre responde:
¿Genio? ¿Está usted loco? ¡Esta es la segunda vez en esta semana que olvida su
llave!
Llega un
borracho al médico, el médico le trata de demostrar que tomar licor es malo y
se lo demuestra con una lombriz, primero la mete en un vaso con agua y la saca
y no pasa nada, luego la mete a un vaso con vino y la lombriz muere en pocos
segundos. Luego le dice a su paciente:
- ¿Ya ves lo que le pasa a los que beben mucho?
- Sí doctor - contesta el borracho - Es una suerte ¡Nunca tendremos lombrices!
Un borracho
en un Bar. Al entrar le dice al camarero:
- Deme una botella para mí, una para usted, y otra para todos los que estén
aquí.
El camarero se las pone, y al terminarlas le pide la cuenta, el borracho
contesta:
- Vaya, hoy no traigo dinero.
Por lo que lo saca a golpes. Al día siguiente vuelve a ir y dice:
- Dame una botella para mí, una para usted, y otra para todos los que estén
aquí.
El camarero se las da, y al terminar le cobra la cuenta y el borracho contesta:
- Se me olvidó traer el dinero.
Por lo que otra vez lo saca a patadas.
Al tercer día el borracho vuelve a la cantina y pide:
- Dame una botella para mí, y otra para todos los que estén aquí.
El camarero le pregunta:
- ¿Y a mí por qué no?
- Porqué usted cuando bebe se pone violento.
Era un
cocinero tan feo pero tan feo, que hacía llorar a las cebollas.
Un borracho
estaba en el bar cuando el camarero decide echarlo porque es hora de cerrar. El
hombre se levanta de la silla y se cae de cara al suelo, entonces decide
arrastrarse hasta la vereda para tomar un poco de aire. En la vereda intenta
levantarse de nuevo pero vuelve a caer golpeándose ahora las narices contra el
bordillo. Viendo que no podía caminar, siguió arrastrándose hasta llegar a su
casa. Entra en casa y otra vez intenta levantarse sin éxito. Así que llega
arrastrando hasta el borde de su cama, apoyándose en la mesita de noche
consigue incorporarse pero rápidamente cae de boca en la cama y queda
felizmente dormido.
A la mañana siguiente le despiertan los gritos de su esposa:
- Otra vez! Otra vez si vergüenza! Has vuelto a beber otra vez!
El esposo pone cara de inocente y dice:
- No no... yo ya no bebo...
A lo que la mujer interrumpe diciendo:
- No lo niegues, cobarde! Si han llamado esta mañana temprano del bar para
decirme que otra vez te olvidaste la silla de ruedas!