MANEL.- Coches,moto y muchísimos kilometros

Voy a contar la cantidad de vehículos que he conducido, durante mi vida. La gran mayoría eran de la Empresa en la que yo trabajaba, pero el penúltimo fue, digamos, compartido y el último propio.

ISETTA.- Creo que se llamaba así. Se abría por delante y tenia forma de huevo. Lo utilice para ir a la mayoría de mercados de Barcelona, ya que Matutano tenía puestos de venta de patatas directo al público.

FURGONETA DKV.- La utilicé para gestión de ventas y varios viajes a Vic.

MOTO MONTESA.- Después de que un chofer me enseñara como usarla, emprendí viaje al Vallés, durante unos tres meses cada año, y por unos tres años, estableciendo mi cuartel general en el Hotel Europa de Granollers, todo ello para comprar patatas directamente al agricultor.

LAND ROVER.- Llevé varias veces al Apoderado General a las sucursales de Calella y Lloret. También al molino de arroz en Suchs (Lerida) Con este vehículo me trasladaron a Málaga. En el traslado por carretera, junto con mi esposa llevé detrás en el llamado capazo, a mi pequeña hija que solo tenía tres meses, la cual ensució hasta el mantel mientras comíamos en un restaurante al lado del río Tajo. Estábamos a finales de 1958.

En esta fecha había muy pocos vehículos de esta clase, pues solo sé que los tenía la Guardia Civil, así pues nos vio a lo lejos una pareja de los mismos, que estaban juntos liando unos cigarrillos, y rápidamente se pusieron uno en cada lado de la carretera y nos saludaron militarmente, " COMO ESTA MANDAO".

CITROEN 2 caballos.- Fue el primer coche que tuve en Tenerife, para mi trabajo.

FIAT 850.- Mi segundo era italiano, ya que entonces no había Seat.

SEAT 1430- Era un gran coche, pues solo diré para abrir boca, que con él y mi familia hice unos 20 viajes Madrid-Barcelona. desde los años 70 hasta el 79. Luego la Empresa se desprendió de él y lo compré, ya que solo yo lo había conducido por casi toda la península.

FORD scort.- Lo compré y pagué estando ya enfermo, conduciéndolo mi hijo.

BARCELONA.- Mi hijo

Después de empaquetar y dejar el piso de Madrid, se vino a vivir a nuestra casa en Barcelona.

Seguía estudiando para delineante, así es que estando yo con salud le pasaba un borrador de cámaras de maduración de plátanos, él me lo pasaba en limpio, y la verdad es que quedaba como un señor, ante mis superiores

Después de algún tiempo se incorporó al equipo de baloncesto en el Ateneo Montserrat -donde yo había pertenecido años atrás.-También fue secretario y entrenador de chicas. El Ateneo es hoy un magnifico Instituto llamado Joan Pelegrí.

La persona que se cuidaba del baloncesto le proporcionó un trabajo relacionado con el pan, en el cual lleva algo mas de 25 años. Jugando a baloncesto en el primer equipo como pivot ya que media 1'95 y trabajando. Yo compré y pagué un coche nuevo Ford Guia, el cual yo no podía conducir, debido a mi enfermedad y él nos llevaba a su madre y a mí cuando íbamos a verle jugar por Cataluña.

Hace unos 20 años se casó con una empleada del mismo Gremio, con la cual tuvieron un hijo -mi nieto- y creo que les va bastante bien.

Hoy en dia persisten los equipos de baloncesto, tanto masculinos como femeninos.

TENERIFE.- La famosa banda blanca

Mercedes tenía en esta foto unos 8 años

Escribo esto a petición de la que fue mi pequeña hija Mercedes. ( hoy es una gran mujer)

Un día estando todos en casa, después del colegio y del trabajo, la niña que tenia entre los cinco o seis años como máximo, nos dijo que en el cole, de las RR. Madres Dominicas tenían preparadas unas bandas para darlas a fin de curso a las mejores niñas en comportamiento y estudios. Las citadas bandas eran tres de distintos colores, siendo la blanca la mejor o mas importante.

Yo sin pensar en el trauma que le podía causar a la pequeña, dije inocentemente "bueno espero que tu traerás la blanca"

Creo sinceramente que la niña se esforzó al máximo para cumplir lo que le había dicho su papá.

El caso es que a los pocos días bajó de la guagua (un autobús del cole) con su banda blanca, y como es lógico nos causó una alegría indescriptible de tal manera que después de los muchos años transcurridos todavía lo recordamos con cariño y nostalgia.